(contra)memorias, por mario rabey


más de cuarenta años de construcción cultural de la Civilización, contra una Civilización que destruye y se destruye


contracultura es la reacción de las culturas

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3- Los náufragos de Plaza San Martín: hippies en Argentina

En esa época, mi casa era un buen lugar para estar. Mis viejos no se llevaban demasiado bien (o no se llevaban en absoluto), pero yo me llevaba muy bien con los dos, que eran grandes personas. Mi viejo, Benito, tenía una paciencia de santo. Y la vieja, bueno, eran palabras mayores. Se llamaba Dora Loyber, y mis amigos le decían “Dorita”. Cocinaba para todos, se bancaba la pequeña multitud, la música, las extravagancias de nuestro grupo de jóvenes intelectuales desprejuiciados y librepensadores.

Voy a presentar a algunos de los personajes.

Éramos muy amigos con Pedro Pujó, que había terminado el Colegio el mismo año que yo, su padre también era abogado y con él habíamos empezado a estudiar juntos abogacía. Pedro era un tipo muy creativo. Había sido uno de los integrantes de una revista estudiantil muy talentosa, Esta Generación. Para la época en que la incomodidad me hizo abandonar abogacía, Pedro también se estaba yendo a otro lado.

Rafael López Sánchez, un amigo de otra división del Colegio, se había quedado libre en el '65 por faltas en quinto año (el Nacional Buenos Aires tiene un plan de estudios de seis años). Yo decidí quedarme libre con él, para preparar juntos los exámenes (y, de paso, no ir al Colegio unos meses). Me puse a estudiar como loco, y aprobé todos los exámenes, así que al año siguiente entré normalmente a sexto año, hasta terminar. Rafael no tenía demasiado interés en terminar el Cole, y mucho menos en estudiar. Así que pese a mi compañía, él no estudiaba demasiado y al año siguiente se fue a terminar sus estudios secundarios a otro lado. Igual nos seguimos viendo durante el '66.

Javier Arroyuelo (que creo que para entonces había abandonado el Colegio, donde iba unos años después que nosotros), también participaba del grupo que hacía Esta Generación, donde también actuaban otros compañeros de Colegio con los cuales no era tan amigo –recuerdo especialmente a Enrique Banfi, que estaba en mi división, y a Jaime Potenze-. Javier venía mucho a casa y Dorita lo llamaba cariñosamente “el menor”.

Todos ellos, y algunos más, como Vera Gerchunoff, Norberto Pereyra, Sergio Wainer, Alberto Hick, Marta Marckman, y otros y otras de los cuales no me acuerdo demasiado, pasaban bastante tiempo en casa y, a veces, en el estudio de mi viejo, en Lavalle y Montevideo, donde a veces nos íbamos a charlar hasta la madrugada.

Esto sucedía en 1966, cuando yo estaba cursando sexto año del Colegio y en 1967, mientras estudiaba abogacía, hasta mediados de año. Ahí aparecieron otros personajes. No me acuerdo bien cómo, pero me hice amigo de Pipo Lernoud, el autor de Ayer Nomás, el tema que acompañaba a La balsa, la legendaria canción de Tanguito, en el primer simple de Los Gatos. El tema de Pipo dice:
Ayer nomás
en el Colegio me enseñaron
que este país
es grande y tiene libertad.
Ayer nomás,mis familiares me decían
que hoy hay que tener
dinero para ser feliz.
Hoy desperté,
salí a la calle y vi la gente,
ya todo es gris y sin sentido,
la gente vive sin creer.

Al mismo tiempo que Pipo, aparecieron en mi vida Tanguito, Miguel Abuelo, Moris, Diana Divaga -la del tema de Miguel-. Después, la Negra Renée, Silvia Washington, Javier Martínez, Graciela Dellepiane, Ricardo Mosner, y tantos otros.

Yo había mudado mis estudios a la carrera de Filosofía. Ahí duré menos que en Abogacía. Estaba cursando la primera materia, Introducción a la Filosofía, y en una de las primeras clases el docente (un ayudante de trabajos prácticos), comenzó con el consabido cuentito de los primeros filósofos, los presocráticos. Yo pregunté: ¿por qué solamente griegos?, ¿y qué con la India, con China? El docente me dijo que en esas Civilizaciones no había filósofos, que eso era Religión. Yo no estuve de acuerdo: le contesté algo así como que Lao Tze, Confucio, Buda, eran al menos tan filósofos como Heráclito y Parménides, y mucho más filósofos que Tales, Anaxímenes y Anaximandro. Pero no tuve éxito en el debate y debí abandonar mis incipientes estudios, sin abandonar mi punto de vista, que mantengo - a ese respecto- con pocas alteraciones hasta ahora.

Entonces, empezó, en agosto-septiembre de 1967, un período de importante filosofar. El período de naufragar de noche en la calle, en los bares (el primer naufragio fue en La Perla del Once, en cuyo baño Tanguito había compuesto La Balsa), después vinieron La Giralda, el Colombiano, El Castelar), en las plazas, en mi casa y en la de Pipo (que tenía también una gran madre, Mabel, que todavía vive y con quien me encontré a conversar y mirarnos a los ojos y tocarnos las manos hace unos días en el cumpleaños número 60 de Pipo).

Naufragar, como en La balsa
(con mi balsa yo me iré
a naufragar).

Un día, con Pipo, poeta y filósofo, y otros amigos, se nos ocurrió juntarnos en Plaza San Martín el 21 de septiembre (ver Marcelo Fernández Bitar, Historia del Rock en Argentina).

Allí estuvimos. Ese día éramos muchos Éramos los hippies, como nos llamó el periodismo. Era primavera y las noches estaban más tibias, y empezamos a naufragar en Plaza Francia y Plaza San Martín. Los tiempos de amor y paz en la Argentina de Onganía. En la foto (me la mandó Pedro Pujó), Diana me pinta en un día de la primavera de 1966.

A fines de 1967, los hippies empezamos a ser reprimidos por la policía y atacados desde varios medios de comunicación masiva. Una nota del semanario Primera Plana de febrero de 1968 presentó una buena reseña sobre el tema.
En enero de 1968, un grupo de hippies nos fuimos a Valeria del Mar. En ese momento, Valeria era una forestación en las dunas, entre Cariló y Pinamar, y todavía no había casi nada más que arena, plantas de esas de fijar dunas, árboles creciendo. Había mucha leña, no me acuerdo de dónde sacábamos agua, no sé quién llevaba comida para cocinar, ni quién llevó carpas, pero allí nos juntamos un grupo numeroso de hippies (seríamos unos veinte), leíamos a Krishnamurti (especialmente La verdad primera y última), cantábamos, conversábamos, nos bañábamos en el mar y, básicamente, sentíamos.
Breve bibliografía del gurú hippie:
Krishnamurti, La verdad primera y última
Marcuse, El hombre unidimensional
Fromm, El arte de amar y El miedo a la libertad


Continuar leyendo:
4. Los hippies reprimidos por la dictadura de Onganía 

1 comentario:

Sunyata dijo...

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"Jiddu Krishnamurti y amigo/as"

domingo 10 de diciembre de 2006
Jiddu Krishnamurti y El Instructor del Mundo.

Año 1926.

En la tarde del día 27, Lady Emily, de acuerdo con su diario, supo “que al instante en que Krishna apareció, Él (el Señor) estaba ahí. Tan severo se veía él y tan lleno de poder”. Mrs. Kirby, una italiana casada con un banquero inglés radicado en Génova, que conocía a K desde 1909 en Adyar y había estado con nosotros en Peregine, escribió que esa tarde había en la apariencia de K una dignidad inusitada y que el poder de su voz se fue incrementando y ésta sonaba más llena y profunda, hasta que “el Señor estuvo ahí y era Él quien hablaba… Cuando eso terminó, me descubrí temblando de pies a cabeza”. Cuando ella lo vio a la mañana siguiente, “él estaba tan amable y afectuoso como siempre, y cuando le conté cómo toda su apariencia había cambiado, dijo: “Desearía haber podido verlo también”… Krishnaji se veía como si tuviera urgente necesidad de un descanso... ¡Qué vida, pobre Krishnaji! No hay duda de que él es el Sacrificio”. [1]

A continuación se reproduce parte de su plática de esa tarde:
“Quisiera pedirles que vengan y miren a través de mi ventana, la que les mostrará mi jardín y mi morada. Entonces verán ustedes que lo que importa no es lo que hagan, lo que lean, lo que cualquier persona les diga que son o que no son, sino que tengan el intenso deseo de entrar en esa morada donde reside la Verdad… Quisiera que ustedes vinieran y la vieran; que vinieran y la sintieran… y no que me digan: “Oh, usted es diferente, usted está en la cumbre de la montaña, usted es un místico”. Ustedes me dan frases y cubren mi Verdad con sus palabras. Yo no quiero que ustedes rompan con todo aquello en que creen. No quiero que nieguen su temperamento. No quiero que hagan cosas que no sientan que son correctas. Pero, ¿es feliz alguno de ustedes? ¿Ha experimentado alguno de ustedes la eternidad?... Yo pertenezco a todos, a todos los que realmente aman, a todos los que sufren. Y si ustedes han de caminar, tienen que caminar conmigo. Si han de comprender, deben mirar a través de mi mente. Si han de sentir, deben mirar a través de mi corazón. Y porque yo amo en verdad, quiero que ustedes amen. Porque en verdad siento, quiero que ustedes sientan. Porque estimo todas las cosas, quiero que ustedes estimen todas las cosas. Porque quiero proteger, ustedes deben proteger. Y ésta es la única vida digna de vivirse y la única Felicidad digna de poseerse. [2]”

_ Extracto del Libro; Vida y Muerte de Krishnamurti. Mary Lutyens. Editorial Kier. Pág. 89.

[1] Carta de María Luisa Kirby a R. G. Macbean, 31 de julio de 1926. (Theosophist, 19 de julio de 1948)
[2] The Pool of Wisdom (La Fuente de la Sabiduría) Star Publishing Trust (Fideicomiso de Publicaciones de La Estrella)


Año 1927.

El día previo a la inauguración del campamento, antes del arribo de Mrs. Besant, K dio su primera respuesta pública al interrogante que preocupaba a tantos: ¿Creía o no creía él en los Maestros y en la jerarquía oculta? Fue tal vez la más importante declaración sobre su propia posición que haya hecho nunca:

"Cuando yo era un niño pequeño, acostumbraba ver a Sri Krishna, con la flauta, tal como lo representaban los hindúes, porque mi madre era una devota de Sri Krishna... Cuando fui mayor y me encontré con el obispo Leadbeater y la Sociedad Teosófica, comencé a ver al Maestro K.H.-también en la forma en que me lo describían, la realidad desde el punto de vista de ellos-, y entonces el Maestro K.H. fue para mí la meta. Más tarde, conforme crecía, empecé a ver al Señor Maitreya. Eso fue hace dos años, y le veía constantemente en la forma en que me fue presentado... Ahora, últimamente, ha sido el Buda a quien he estado viendo, y ha sido mi deleite y mi gloria estar con Él. Se me ha preguntado qué es lo que entiendo por "el Bienamado". Daré un significado, una explicación que ustedes interpretarán como gusten. Para mí, el Bienamado es todo: es Sri Krishna, es el Maestro K.H., es el Señor Maitreya, es el Buda, y está aún más allá de todas estas formas. ¿Qué importa el nombre que uno le dé?... Lo que les inquieta es si existe alguien como el Instructor del Mundo, que se haya manifestado a sí mismo en el cuerpo de cierta persona: Krishnamurti; pero en el mundo nadie se preocupa de esta cuestión... Es algo desafortunado que tenga que explicarlo, pero debo hacerlo. Quiero que ello sea lo más indefinido posible y espero lograrlo. Mi Bienamado es los cielos abiertos, la flor, cada ser humano... Hasta que no fui capaz de decir con certeza, sin excitación indebida ni exageración con el fin de convencer a otros, que era uno con mi Bienamado, nunca lo dije. Hablaba acerca de vagas generalidades que todos deseaban oír. Nunca dije: Soy el Instructor del Mundo; pero ahora que siento que soy uno con mi Bienamado, lo digo, no para imprimir mi autoridad sobre ustedes, no para convencerles de mi grandeza ni de la grandeza del Instructor del Mundo, ni aun de la belleza de la vida, sino meramente para despertar en sus corazones y en sus propias mentes el deseo de buscar la Verdad. Si yo digo, y lo diré, que soy uno con el Bienamado, es porque lo siento y lo sé. He encontrado lo que anhelaba, me he unido a ello; por lo tanto, de aquí en adelante, no habrá separación, porque mis pensamientos, mis deseos, mis anhelos-los del yo individual-, han sido destruidos... Soy como la flor que da su perfume al aire de la mañana. Ella no se preocupa del que pasa por su lado... Hasta ahora han estado dependiendo de la autoridad de lo dos Protectores de la Orden (Mrs. Besant y Leadbeater), o de algún otro que les revele la Verdad, mientras que la Verdad reside dentro de ustedes... No es bueno que me pregunten quién es el Bienamado. ¿De qué sirven las explicaciones? Porque ustedes no comprenderán al Bienamado hasta que sean capaces de verle en cada animal, en cada brizna de hierba, en cada persona que sufre, en cada individuo."

_Who Brings the true (Quien trae la verdad) Star Publishing Trust (Fideicomiso de Publicaciones de La Estrella, 1928.)
__Extracto del libro; Vida y Muerte de Krishnamurti. Mary Lutyens. Editorial Kier. Pág. 95.

Publicado por sunyata los 10:15

Etiquetas: Jiddu Krishnamurti y El Instructor del Mundo.


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¿Qué quiere decir "autobiografía autorizada"?

Lo de "autorizada" quiere decir que el Mario Rabey biografiado autoriza al Mario Rabey autor a publicar todo lo que éste dice. De ninguna manera el biografiado se hace responsable por lo que dice el autor. En cuanto a lo que se dice de otras personas, no podemos dar (ni el biografiado ni el autor) ninguna seguridad de estar diciendo la "verdad". Es la escritura de recuerdos personales. De todos modos, cualquiera que quiera dejar de ser mencionado, que cambiemos lo que se dice, que agreguemos otras cosas, en fin, que modifiquemos los "hechos" aquí presentados, puede dejarnos un comentario al respecto.

Mario Rabey y Mario Rabey


Datos personales

Mi foto
El menor de los cuatro hijos de Benito Rabey y Dora Loyber, nací el 2 de abril de 1949. Trabajé desde los 16 años: asistente en un estudio jurídico (1966-1967), gerente de un grupo de industrias culturales –Manal, Mandioca, Mano Editora, Mambo Show- (1968-1970); artesano (1971-1972). Estudié Antropología en la Universidad de Buenos Aires (1972-1976); he sido docente e investigador universitario -desde ayudante de segunda hasta profesor titular, en diversas Universidades de Argentina y del extranjero, profesor de cursos de postgrado sobre ecología humana, evolución, multiculturalismo y estudios latinoamericanos, investigador científico , consultor en proyectos de organizaciones internacionales, nacionales, empresariales y sin fines de lucro. Formación Postdoctoral: Universidad de Texas en Austin - Comisión Fulbright (1990). Padre de cinco hijos: Pablo (34), Eva (32), Adriana (28), Lucía (26) y Nahuel (12).