Estábamos en el comienzo del otoño de 1969 y realmente todos hacíamos buen dinero, especialmente los tres Manales y yo. Del precio de cada show, el 30 % era para el trabajo de representación, y se repartía así: un 10 % para la agencia (los Gruart), un 10% para los representantes (Mandioca) y un 10% para el Road Manager, que venía a ser yo. El 70 % restante, una vez deducidos los gastos (el sonidista Robertone, la camioneta de Freddy que llevaba los equipos y los plomos -o sea los asistentes para carga, descarga, armado y desarmado de equipos-) se repartía entre los tres Manales por partes iguales.
Los cuatro Mandioca muchas veces venían a los shows, especialmente Jorge Alvarez y Pedro Pujó. A mí me acompañaba mi secretaria de "Mano Editora", que rápidamente se convirtió en mi pareja: Teresa Bogdan, "La Polaquita". Al poco tiempo, como yo tenía que llevar mucha plata encima -los shows se cobraban en efectivo, en cada club-, uno de los Manales -creo que Alejandro Medina- trajo un amigo para que trabajara como guardaespaldas: "el Negro" Serafián, del cual se dijo unos años después que había muerto en un asalto a mano armada, acribillado por la policía. No sé si es verdad. Lo que sí es verdad es que el Negro andaba bien "calzado", llevaba una pistola calibre 45 y nos sentíamos terriblemente seguros y confortados por tener un profesional cuidándonos las espaldas (y la plata).
Rápidamente, a los cuatro Mandioca y a mí se nos ocurrió que teníamos que tener una Agencia propia, por varios motivos. En primer lugar, porque los Gruart eran unos tipos excelentes, y Almendra era un fenómeno, pero los públicos de Almendra y Manal eran distintos. Almendra gustaba mucho en los medios un poco más "cultivados", de clase media. Pero Manal juntaba pequeñas multitudes en los clubes de barrios obreros. En segundo lugar, porque estábamos a la busca de más rock&blues para grabar en Mandioca y había que tener cómo hacerlos trabajar. Es un hecho que, en aquélla época, el dinero no venía de los discos, sino de los recitales y, especialmente de los shows de fin de semana en los clubes. Al poco tiempo apareció Vox Dei. En tercer lugar (last, but not least), la Agencia se quedaba con un interesante 10 %.
Rápidamente se tomó la decisión de crear Mambo Show. Nuevamente con ma. Me parece que el de la idea del nombre fue Alejandro Medina, pero no estoy seguro. Ahora el nombre era una toma de posición contracultural. Mambo en el argot hipposo y rockero de la época era sinónimo de viaje (trip) sicodélico. Mambearse era ponerse bajo los efectos de fumar marihuana y/o tomar ácido lisérgico (LSD) y mambeado/a era el/la que estaba viajado, fumado, en ácido... La palabra drogado quedaba entonces restringida a los usuarios de drogas duras: anfetaminas, cocaína, heroína.
¿El gerente de Mambo Show? Mario Rabey. Entonces, durante más de un año trabajé siete días por semana, muchas horas por día. De lunes a viernes en la distribuidora de Mano Editora Posters - Mandioca Discos que ahora se integraba con la Agencia Mambo Show. De viernes a la tarde a lunes a la madrugada, como Road Manager de Manal.
Ángel Stanich en Sala Aftasí, Badajoz
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Anoche tuve varias sorpresas, agradables a saber: la gran actuación de
Angel Stanich en la Sala Aftasí de Badajoz, un lugar sumamente agradable,
ambas cosa...
Hace 10 años
2 comentarios:
Te quisiera mandar una foto
Bueno, mandala a mariorabeyargentina@yahoo.com.ar
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