El hecho es que, rápidamente, me quedé sin trabajo.

Primero nos fuimos a Río de Janeiro, donde paramos un tiempo en lo de Marcela Pascual. Después, mientras Pedro se iba para Bahia, a encontrarse con su hermano Hernán, yo pasé una temporada en Río, donde me encontré con mi amiga Graciela Dellepiane, que a su vez se había hecho de una turma de amigos brasileros, con los cuales circulamos por varias casas en Río y alrededores.
Al poco tiempo, seguí viaje para el norte, y pasé un tiempo en Buzios. Este entonces era recién un incipiente rosario de balnearios -conocidos porque allí se había hecho una casa Brigitte Bardot-, que se armaban a partir de Cabo Frío. Acampé con alguna gente que conocí ahí mismo y luego partí para Bahía. En Salvador, me encontré -creo que en Amarelina- con Hernán y Pedro Pujo, con los cuales compartí otro rato de divague. Carnavaleamos juntos el en ese entonces fantástico Carnaval de Bahia. Finalmente, después de tres o cuatro meses de viajar por Brasil, emprendí el viaje de regreso a Buenos Aires, a donde llegué de nuevo en el otoño de 1971.
Durante los meses siguientes, estuve instalado un tiempo en la casa de mi vieja, Dorita, hasta que me enganché con la historia de ir a El Bolsón a formar una comunidad. Eso se inició con la troupe que estaba representando la Ópera-Rock "Hair" en el Teatro Argentino, en la calle Bartolomé Mitre (el que más adelante fuera incendiado por un ataque de ultraderecha, mientras se representaba allí "Jesucristo Superstar").
4 comentarios:
estimado amigo, he estado leyendo tus blogs y viendo algunas fotos publicadas y vaya casualidad, creo que hemos conocido a dos personas casi en la misma época, marcela pascual y graciela dellepiane, yo viví en río de janeiro desde abril de 1971 hasta mediados del'72 en la rua santa cristina 79, aquí tenés un link para ver una fotografía de la casa en cuestión: http://islaflotante.wordpress.com/2008/04/03/ernesto-h-vidal-2/
que saqué este año cuando volví después de 37 años a río, allí estuve con luis suarez y otros amigos de aquellos años. marcela vivía justo en frente en el cabeça de porco al lado del depto de cristina, que tiempo después alquilé yo. espero que haya alguna coincidencia en nuestros recuerdos, tus escritos me traen muchos recuerdos y cada tanto los consulto.
te dejo un abrazo y muchas gracias
marcos
Muy bien Marcos, me parece que estuve en esa casa. Recuerdo el frente, el nombre de la calle y el barrio. Me parece que eso es en un morro y se llegaba yendo en tranvía. ¿Puede ser que vivían unos artesanos sufis ahí o en otra casa cercana? Me parece que uno de ellos se llamaba Luis y estaba también su hermana y alguien más. ¿Puede ser que ellos tuviesen una especia de marca de artesanías "Kalendar"?
En fin, visité tu blog y me parece muy interesante, así que lo ligué al de mis (contra) memorias.
El artículo sobre Manal es formidable.
Antes que nada, Mario, muchas gracias por contestar. Estuve pensando sobre esto que te escribí, el edificio le decíamos cabeza de porco, enfrente estaba la casa de Santa Cristina 79, y sí Luis Suarez era el director de la comunidad sufí a la que pertenecíamos Marcela y yo, la otra chica que vivía en el depto lindero era Cristina la cucaracha, una gran amiga. Por supuesto podías venir con el tranvía por Alte Alexandrino y bajar por el morro, es un lugar bellísimo, la rua Aprazivel, el Largo dois Irmaos...en fin.
te agradezco también el enlace y el elogio, tus blogs también son magníficos y me despiertan mucha curiosidad, sobre todo este trabajo de antropología, al fin y al cabo de alguna extraña manera lo que hacemos al bucear en nuestras memorias en un estudio antropológico escarbando entre los recuerdo,
Un fuerte abrazo
Marcos
Qué buena metáfora esta de la antropología de nuestros recurdos. Construcción antropológica de la historia y la memoria personal (que es una memoria y una historia de la participación de cada uno de nosotros en redes sociales).
Veo que en tu blog ya te despachaste con una leyenda sufi, la de los ciegos y el elefante. Yo la usé en algunos cursos de antropología. Para mostrar cómo cada una de las ciencias ve la realidad desde un punto de vista que no le permite una descripción completa. Cada ciencia es como un ciego.
A ver cuando presentás le historia del Mushkil Gushá. Yo la aprendí allí en Santa Teresa, en la comunidad sufi, y años después se la conté repetidas veces a mis hijos, varias veces cambiándole el guión, pero siempre jueves por la noche, compartiendo dátiles o alguna otra fruta deshidratada.
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